Biografía y producción dramática:
La vida de Lucas Fernández (también llamado Lucas Hernández y Lucas Ferrandes) quedó trazada en sus rasgos esenciales en la labor de exhumación documental llevada a cabo por Ricardo Espinosa Maeso tanto en los archivos catedralicios como universitarios de Salamanca (1923). Catedral y Universidad fueron los espacios institucionales de su actividad profesional y en ambos en relación con la música.
Lucas Fernández no es mencionado por Leandro Fernández de Moratín en el "Discurso histórico" que abre sus Orígenes del teatro español (1827) ni en el registro cronológico posterior. La tarea archivística de Espinosa resultó determinante para completar las lagunas de los datos espigados apenas por Bartolomé José Gallardo (1836, El Criticón, nº 4, pp. 25-33 y 5, pp. 21-44), y seguidos después por Cayetano Alberto de la Barrera (1860, pp. 151-152) y Manuel Cañete (1867 y 1885). La pesquisa de Ricardo Espinosa en los archivos salmantinos permite trazar el entorno familiar y el desarrollo profesional de Lucas Fernández con bastantes certezas, a pesar de lo cual parte de su biografía es producto de la especulación razonada con la que se trata de cubrir los vacíos biográficos (Lihani, 1969, p. 16). La cronología trazada por Sara Sánchez (2015) y el apunte biográfico de Mª Jesús Framiñán (2015) aprovechan con solvencia los datos exhumados.
Nació en 1474, si tomamos en consideración el documento de 1534 donde afirma tener sesenta años: en la lista de testigos de un pleito del maestro Arias Barbosa figura "el maestro lucas fernández, catredático en el estudio e unybersidad de salamanca e vezino della, de hedad de sesenta años" (Alonso Cortés, 1916, 561). Y murió en 1542 a los 68 años de edad en la ciudad de Salamanca: el 17 de septiembre de ese año, el claustro de la Universidad de Salamanca declara vacante la cátedra de música que ocupaba, y el 18 de septiembre "se hizo el primer cabildo de las casas que vacaron por muerte del maestro lucas hernández” (Actas Capitulares, 1541-45, fol. 92r), siendo enterrado en modesta sepultura en la Catedral salmantina, sin que quede el menor vestigio de ella (Espinosa, 1923, pp. 423-424).
Se ha señalado su posible condición de converso. Américo Castro (1961, p. 30) reconoce en los autores teatrales de finales del siglo XV y principios del XVI un afán por situarse socialmente y un ansia de honra-opinión y la angustia de no tenerla propia de conversos. Incluso, señala que "se sirvieron de las representaciones de la Natividad y Pasión de Cristo para reclamar, fundándose en ellas, su derecho a ser tratados como cristianos salvados por el bautismo y libertados de la esclavitud espiritual y material en que habían vivido antes de su conversión" (1961, p. 195). También su cambio del apellido familiar, González de Cantalapiedra Sánchez, por el Fernández, apuntaría a un deseo de ocultación, junto con la dedicación familiar a la iglesia y "el haberse dedicado el padre de Lucas a un oficio manual" (Canellada, 1976, pp. 10 n. 2). Sin embargo, es difícil defender que Lucas Fernández se sintiera "socialmente en condición de inferioridad" (Castro, 1961, p. 50, n. 1 bis), a la luz de los beneficios eclesiásticos obtenidos y de sus cargos en catedral y universidad; recuerdan este asunto Stathatos (1999, p. 7), Coll (2007, p. 19) y Penzkofer (2024, p. 3).
Él y sus hermanos fueron probablemente educados por un tío, capellán de coro y posteriormente racionero del cabildo salmantino, que se hace cargo de su tutela por fallecimiento de sus padres, cuando tenía Lucas 15 años. Se formaría como mozo cantor en la catedral, con estudios de Gramática y de Música. Probablemente entró entonces en la Universidad para acceder al grado de bachiller en Artes. Los estatutos universitarios vigentes entonces, las Constituciones de Martín V, promulgadas en 1422, establecían (art. 16) que para ser bachiller en Artes había que cursar tres años (el primero Lógica Antigua y Nueva; el segundo Lógica y Filosofía Natural a la vez; el tercero Filosofía Moral y Natural y tres de Moral), habiéndose formado previamente en la Gramática latina; además, era necesario defender varias lecciones sobre estas materias y responder a las cuestiones de un examen. Estas eran las materias obligatorias, pero la Facultad de Artes disponía de otras cátedras menores, por las que los estudiantes podían optar: de Matemáticas (Aritmética, Geometría Astrología y Cosmografía), Gramática griega o hebrea, Retórica y Música.
Entre 1492 y 1496 se suele situar a Lucas Fernández en contacto con la corte ducal de Alba de Tormes. Su tío poseía un beneficio en la villa de Alaraz (que heredará Lucas en 1502), perteneciente al Arciprestazgo de Alba de Tormes; eso le da pie a Espinosa (1921, p. 647) a suponer la cercanía con la corte de los duques, donde está ejerciendo Juan del Encina. De ser así, quizá pudo haber visto representadas las églogas dramáticas de Juan del Encina, protegido de los duques, e incluso participar activamente en alguna de ellas como actor o intérprete de música (Sánchez, 2015).
En 1498 accede al cargo de cantor en la catedral –quizá favorecido por su tío–, en competencia, precisamente con Juan del Encina. Encina pleiteó desde Roma contra el salario de cantor otorgado a Lucas. John Lihani (1969, p. 15) imagina una rivalidad con Encina, resentido por la "competencia de aquel joven ambicioso que tenía parientes influyentes". Del episodio y de su fracaso deja Encina huella en su Égloga de las grandes lluvias (vv. 89-134). Las obligaciones de Lucas como cantor incluían la formación musical de los mozos de coro y la participación en las fiestas religiosas, pero no actuó como organista, tarea asignada a otro cantor (Knighton, 1999, p. 45; Cruz Rodríguez, 2022 p. 234). Se mantuvo en el cargo hasta 1506, última referencia sobre Lucas cantor en los libros del archivo de la catedral (Cruz Rodríguez, 2022, p. 230). Parece que en 1507 fue ordenado sacerdote (Lihani, 1969, p. 16).
Durante estos años al servicio de la catedral se documenta su participación en las celebraciones del Corpus Christi. En las de 1501 se menciona "lo que hizo Lucas para Corpus Christi" y "los juegos que hizo Lucas" (Framiñán, 2015b, pp. 289-290). Espinosa (1923, p. 406), contrastando los gastos consignados en las cuentas de ese año para cinco representantes (tres pastores y dos pastores), y los cinco personajes de la Comedia de Bras Gil y Beringuella piensa que fue esta la obra representada en esa ocasión. Para las celebraciones de 1503 "Lucas Fernández, cantor" compone un Auto de los pastores (Framiñán, 2015b, p. 291). En las celebraciones del Corpus de 1505 Lucas cantor participa como componedor de unas danzas de espadas. En la misma fiesta se hacen unos momos, el tordión grande y pequeño, unas serranas y un Auto del Dios de Amor (Framiñán, 2015b, p. 293).
En 1514 sale a la luz la recopilación de sus piezas dramáticas reunidas con el título Farsas y églogas al modo y estilo pastoril y castellano fechas por Lucas Fernández salmantino, en la imprenta de Lorenzo de Lion Dedei, a 10 días del mes de noviembre, como reza el colofón. El impreso posincunable contiene las piezas reseñadas en el apartado "Obra dramática". Destaca este volumen –más que por su configuración como cancionero (Bustos Táuler, 2014)– por ser el primer impreso exclusivamente teatral en castellano, por contener la primera documentación del término farsa con sentido teatral y por incluir una pieza en la que se ha querido ver el origen del teatro lírico en España, el Diálogo para cantar (García Bermejo, 2014; San José Lera, 2015b, 2017, 2023). La composición de las piezas del volumen se ha querido datar entre 1496 y 1503, "a menudo con escasa consistencia" (Valero 2009, p. 366). El impreso se ilustra con una portada en que se graba el escudo del Cardenal Cisneros, la estigmatización de San Francisco y la ilustración del milagro de la casulla de San Ildefonso. La portada del impreso (coincidente en sus motivos xilográficos con otros impresos de ámbito cisneriano) invita a remitirlo al ámbito cultural del Cardenal, quizá con un carácter de agradecimiento: en torno a esas fechas Lucas Fernández, había obtenido el beneficio de la iglesia salmantina de Santo Tomás Cantuariense, con una renta sustanciosa (Valero, 2012).
Sin embargo, ese mismo año, acuerda Lucas Fernández con los parroquianos de Santo Tomás Cantuariense dividir su beneficio en dos, creando un beneficio simple en otra persona, para mejor servicio de la parroquia (Espinosa, 1923, p. 410). Quizá indica este hecho el deseo de dejar la parroquia en otras manos para ocuparse él de otras cosas, o dejar abierta la posibilidad de viajar fuera de Salamanca. El hecho es que en 1517 un "Lucas Fernández, castelhano" pertenece, como músico a la capilla de la Reina María, la segunda esposa del rey Don Manuel de Portugal (Michaëlis, 1949, p. 472 n. 487). En efecto, las Provas da História Genealogica da Casa Real Portugueza, por Antonio Caetano de Sousa reproducen el listado del Livro dos Moradores da Casa da Rainha D. Maria, segunda mulher do Senhor Rey D. Manuel, no tempo en que faleceo, y en el apartado dedicado a los "Capellaens, y Moços da Capella", figura en el tercer lugar del listado: "Lucas Fernandes, castelhano" (1742, vol. II, libro IV, p. 374).
En 1522, al quedar vacante la cátedra de Música de la Universidad por la muerte de Diego de Fermoselle, hermano de Juan del Encina, Lucas Fernández oposita a ella y la gana. Su sueldo se ve reducido, al disponer solo del grado de bachiller; eso le empujaría a obtener el grado de Maestro (doctor), que consigue en 1526 y con él, el salario íntegro de la cátedra. Se comprueba así su voluntad de asentarse en el ejercicio académico como modus vivendi; de hecho, se mantuvo en la cátedra hasta su muerte en 1542, con cumplimiento riguroso de sus obligaciones docentes. Entre sus obligaciones como catedrático de música estaba la enseñanza de la música teórica (o especulativa) y de la práctica, enseñando a cantar canto llano (gregoriano), canto de órgano, es decir, polifonía, y contrapunto. Estas prácticas las conocía bien Lucas Fernández de sus años de formación y enseñanza en la catedral. También formaba parte de sus obligaciones organizar y asistir musicalmente como cantor a las fiestas institucionales universitarias. De esta forma, se comprueba que en las dos instituciones salmantinas a las que dedicó su vida destacó como organizador de festejos.
Las fiestas universitarias se vinculaban a determinados días del santoral y la liturgia. Pero también, en algunas ocasiones, las fiestas eran profanas, como ocurrió en 1524 cuando la Universidad de Salamanca pagó a Lucas Hernández 500 maravedís por las fiestas por la toma de Fuenterrabía y 1458 maravedís "de cierto cuaderno que hizo las fiestas". El cuaderno no se conserva, pero contendría una celebración de la toma de la ciudad por el rey Carlos I, vencedor de la guerra contra Navarra, apoyada por Francia; es decir, una pieza de contenido político de celebración festiva, como la Égloga de Francisco de Madrid, la Farsa de la Concordia o las Coplas en modo de diálogo sobre la batalla de Pavía (San José Lera, 2015c, p. 122).
A partir de 1528 Lucas Fernández es elegido diputado del claustro universitario. Y será reelegido sucesivamente hasta 1541. Un diputado era elegido para el gobierno ordinario de la universidad y para formar parte del Claustro de diputados, integrado por veinte miembros, junto con el rector y el maestrescuela; se "intentaba evitar las masivas reuniones de los plenos en la resolución de asuntos comunes" (Rodríguez San Pedro, 2002, p.103). El nombre de Lucas Fernández aparece con frecuencia en los libros de claustros de la Universidad, firmando y opinando en la toma de decisiones. De entre estas destaca la expresada el 5 de mayo de 1530, en que se queja del poco reconocimiento económico que percibe por la organización de las fiestas del Estudio, en relación con lo mucho que se gasta en ellas. Solicita compensación salarial o, en su defecto, un cambio de organizador de los festejos. El 3 de junio, la comisión que estudia el caso de Lucas resuelve aumentarle la dotación económica para la festividad de Santa Catalina y San Nicolás. (Espinosa, 1923, p. 417). En mayo de 1533 se encarga a Lucas Fernández y al doctor de la Parra la organización de una procesión y unas danzas "para que lo hagan de la manera que les paresçiere" (Espinosa, 1923, p.420).
Otra actividad que se encarga a Lucas Fernández, relacionada con su ejercicio como cantor es la compra de dos misales "para la capilla para las fiestas que celebra la Universidad" (Espinosa, 1923, p. 418). El encargo atribuye a Lucas la decisión sobre la forma de encuadernar los misales "enforrados de terçiopelo verde o lo que les paresçiere". Y le encarga, además, que se haga el Te igitur como el del misal de la catedral, así como las iluminaciones y letras, y que se doren solo las letras grandes. Quizá su condición de antiguo cantor de la catedral le otorgaba a Lucas Fernández cierta autoridad para tomar estas decisiones respecto a los misales de la Universidad. La T historiada del canon Te igitur con el que comienza en la liturgia de la misa la secreta o canon posteriores al Sanctus y previas a la transustanciación, se decoraba en los misales con imágenes de Cristo crucificado, junto con la figura de Cristo en majestad, para resaltar la importancia de esta parte en el desarrollo litúrgico. Esta unión de palabra e imagen con sentido teológico recuerda el uso del grabado del crucificado en el Auto de la Pasión del impreso de Lucas Fernández en 1514 (San José Lera, 2013, p. 325-327).
La vida académica de Lucas Fernández en la Universidad de Salamanca se desarrolla sin mayores alteraciones hasta que en mayo de 1541 se nombra a un bachiller sustituto de canto, el bachiller Oviedo (Espinosa, 1923, p. 423), lo que indica la baja del catedrático titular, quizá por enfermedad. El 17 de septiembre de 1542 en el Claustro se empiezan a tomar medidas para la convocatoria de una vacante de la cátedra de música y se determina que ·si vacare la cátedra de canto en el edito se ponga que el que la llevare haga todas las fiestas de la universidad a su costa". Se entienden dos cosas de esta decisión del claustro: que la universidad preveía la sustitución inmediata del titular de la cátedra y que la cátedra suponía la obligación de costear las fiestas (se entienden las liturgias) de la universidad, quizá revocando así lo dispuesto en 1530 después de las quejas de Lucas Fernández, y como medida de ahorro.
Y en efecto, el 17 de septiembre de 1542 muere Lucas Fernández a los 68 años en la ciudad de Salamanca. Su cuerpo fue enterrado en la claustra de la catedral, con gasto a cargo de la mayordomía, sin que haya quedado constancia escrita de su sepultura y esté hoy sin localizar.
Es reseñable que, a pesar de la presión inquisitorial sobre el teatro anterior a 1559, ni en el Index Librorum Prohibitorum de esa fecha, del inquisidor Fernando de Valdés, ni en ninguno de los posteriores aparecen mencionadas las Farsas de Lucas Fernández.
Los dos únicos ejemplares conservados del impreso de 1514 (RAE y BNE) y la ausencia de ediciones posteriores y de referencias hablan quizá de la escasa difusión de sus obras. (García Bermejo, 1996, 2014).