Biografía y producción dramática:
Se desconoce su lugar de nacimiento, aunque debió de ser andaluz y, según Díaz de Escovar, “acaso naciera al arrullo del Darro y del Genil y al abrigo de las moriscas torres de la Alhambra” (Barbieri, en cambio, lo daba por natural de Valencia). Hombre ingenioso y de talento, se dedicó al teatro tanto en la faceta de comediante como en la de escritor; representó papeles de gracioso en varias compañías dramáticas desde 1660, en que aparece en Valladolid formando parte de la de Francisco de la Calle; estuvo después también con Miguel Bermúdez de Castro (autor también de alguna pieza teatral), Antonio Escamilla (con quien hizo los autos sacramentales madrileños de 1671) o Manuel Vallejo (en cuya compañía volvió a repetir la representación de los autos de 1672, de Calderón); todavía en 1676 representó con éxito en la Corte, aunque poco tiempo después, cansado de la vida de actor y teniendo ciertos ahorros, se retiró de las tablas, estableciendo un tranquilo negocio de cintas y colonias en Granada. Murió en esta ciudad en 1705 (o 1695, según otras fuentes).
Sin embargo, la fama como actor de Bernardo López —alias “Lamparilla”— era tan grande que, según refiere Díaz de Escovar, hubo de volver a los escenarios en algunas ocasiones, obligado por la devoción del público, cuando llegaba una compañía a representar a Granada. Menos fama obtuvo con sus obras dramáticas, que no se imprimeron, aunque se han conservado manuscritas en la Biblioteca Nacional, donde se encuentra un famoso Libro de bailes que él mismo compiló con obras propias y de otros ingenios (Ms. 4.123).
Hay una versión de este baile titulada El forzado de galera, atribuida a Quiñones.-El letrado de amor. Baile.
Título atribuido también a Benegasi.-Los locos. BITB, Ms. 46.985.
Cotarelo (1911, ccxcvii) decía que “está zurcida con ideas y pasaje de otras piezas”; se copian, en efecto, fragmentos de El colegio de los gorrones, de Lanini.